viernes, 1 de julio de 2011

Apocalipsis ¿Now?


Últimamente los informativos parecen más bien películas de miedo sobre el fin del mundo. Y no lo digo por el discurso de Rajoy en el debate sobre el Estado de la Nación, que se podría resumir en un “vamos a morir todos! (salvo que adelantemos las elecciones, claro)”, sino por las noticias que nos llegan de los países de nuestro entorno. En Portugal, la misma derecha que negó el apoyo a los recortes de Sócrates hace un par de meses, ahora va a robar (sí, robar) el 50% de la paga extra de Navidad a todos los trabajadores del país. En Grecia gobierno y oposición finalmente han aceptado a calzón quitado las imposiciones económicas de la Comisión Europea y van a someter a su población a recortes todavía más asfixiantes de los que ya sufrían, por si no tenían bastante. Y el cerco se estrecha. Las tropas franco-alemanas asedian ya a su siguiente conquista, con los ojos de deseo del depredador que olfatea a su presa herida. Y nosotros somos una gacela sangrando a borbotones.

Pero no nos pueden engañar. Los recortes NO son la solución. Que no nos vuelvan a meter esa descomunal mentira. Se trata de simple lógica: si se reduce la masa salarial disminuye el poder adquisitivo de la población y en consecuencia el consumo, motor único de nuestra economía, cae en picado. Basta de engaños. Con los mismos argumentos apocalípticos ya redujeron un 5% el sueldo de los funcionarios de toda España y a la vista está que sólo sirvió para empeorar la situación. El gobierno, tras la campaña mediática previa de rigor, consiguió incluso el apoyo de la opinión pública. Hasta recibió el espaldarazo de un pequeño sector de la izquierda y de muchos de los autónomos. Pero esos mismos autónomos no tardaron en darse cuenta de que los “privilegiados” funcionarios resultaban ser también clientes y al tener menos dinero ahora gastaban menos en sus negocios. Obviamente.

No caigamos en la trampa otra vez. Como dice un proverbio árabe: Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía.

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