jueves, 3 de diciembre de 2015

Esperanza Aguirre, genio del mal


Pablo Picasso se lamentaba en los años finales de su vida de la imposibilidad de consultar una opinión crítica sobre su obra. Había alcanzado tal nivel de fama y gloria que todo, absolutamente todo lo que hacía era calificado de extraordinario. Era por tanto incapaz de discernir entre simples adulaciones y opiniones sinceras. Incluso él se sabía humano y quería que alguien se lo recordara de vez en cuando, bajándole de los altares de divinidad terrenal en los que estaba instalado.

Hoy tenemos a Esperanza Aguirre, una genialidad del mal. Toda una vida dedicada en cuerpo y alma a alcanzar la excelencia de la perversidad. Es el Pablo Picasso de lo odiable. No obstante cada declaración suya parece estudiada para superar en bajeza moral a la anterior. Esta semana sorprendió con otra formidable vileza al preguntarse públicamente si el franquismo había sido impuesto por la fuerza a todos los españoles. Cuestionar algo así en el segundo país con más muertos en fosas comunes del mundo (sólo por detrás de Camboya) es sencillamente sublime. Inigualable.

No tengo el gusto de conocer a la lideresa personalmente pero estoy seguro de que  le abordan las mismas dudas que al malagueño sobre las adulaciones de sus acólitos. ”¿De verdad habré estado genial?”. En el caso de la madrileña, en sus eventuales momentos de soledad en palacio: “¿habré sido lo suficientemente ruin?”. Y la pregunta que más miedo, pánico, genera a todo genio: “¿algún día desaparecerá mi talento?”.

Mi respuesta no sería nada objetiva en ningún caso porque mi admiración por Picasso alcanza incluso al nombre de este blog y mi desprecio por la lideresa es profundo y sincero. Sólo sé que los genios, por serlo, poseen un talento inagotable y lo exprimen hasta el mismo día de su muerte. Espe no será diferente, solo que en este caso y en ese momento muchos brindaremos con champán.

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