miércoles, 9 de marzo de 2011

Cabanyal sí y no


Menudo panorama. Las reuniones de vecinos de esta finca deben ser cuando menos entretenidas. Eso suponiendo que sean puertas distintas, porque también cabe la posibilidad de que sean dos balcones del mismo piso cuyos residentes simplemente no se han puesto de acuerdo. Quién sabe, a lo mejor se trata de un matrimonio que, harto de discutir, ha decidido colgar sus desavenencias en el balcón y compartir con los viandantes una discusión privada. Si fuera así estaría genial que cundiera el ejemplo y se convirtiera en moda. Podríamos ver las discrepancias familiares expuestas en las fachadas, lo que haría de los paseos algo mucho más ameno: “mira en esa casa uno es de Rajoy y otro de Zapatitos”. “Mira en esa otra uno quiere ver el fútbol y otro gran hermano…”

Aunque me da a mí que iban hacer falta más balcones.

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