martes, 28 de febrero de 2017

De colonias


Alguien me dijo una vez que si los británicos no hablaran inglés nos parecerían mucho más ignorantes. Me acordé de esta afirmación -tan maligna como probablemente acertada- la semana pasada en clase de inglés, cuando mi profesor, nativo de Edimburgo nos preguntó con la intención de que pronunciáramos la te de Portugal (debería hacerse casi como una “ch”, Porchugal), cuál era el nombre del otro país de la península ibérica. “¿Cuál de los otros tres?” le pregunté yo en modo ya-está-el-listillo-que-todo-lo-sabe. “Porque en la Península Ibérica, hasta donde yo sé, conviven cuatro estados diferentes” (nacionalidades ya ni hablamos): “España, Portugal, Andorra y tu país, Reino Unido”. “¿UK?” preguntó con cara de no saber situar Gibraltar en el mapa. Cuando se lo expliqué me dijo que Gibraltar no era un territorio de ultramar británico, sino una colonia. Le dije que su reina no creo que opinara lo mismo, pero de ser así -y aquí me puse en modo VOX-, que nos la devolvieran. Era coña, pero por la cara que puso creo que no le hizo mucha gracia.

Desde 1969 Reino Unido dejó de referirse a Gibraltar como una colonia, por motivos obvios. Me sorprendió descubrir que esto no lo inculcan en su sistema educativo. Aquí, con nuestros dos casos comparables de Ceuta y Melilla, nadie diría jamás que se trata de dos colonias -sin entrar en si lo son o no- porque ya se ha encargado el sistema de meternos bien en la cabeza el eufemismo de “ciudades autónomas”. Supongo además que allí no les darán la brasa todos los veranos con el temita de Gibraltar, lo que también suma. La cuestión es que en España nos adoctrinan mucho mejor en temas nacionalistas, de eso no cabe duda.

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