jueves, 19 de septiembre de 2013

El estado de bienestar ha muerto, ¡viva la sociedad participativa!



No fue un parado de larga duración sin tarjeta sanitaria ni subsidio, ni un inmigrante sin acceso a la atención primaria, ni un dependiente sin cobrar su ayuda, ni un estudiante sin beca, ni un jubilado con la pensión recortada. Fue ni más ni menos que un monarca, el de Holanda, quien certificó ayer tan solemne como cínicamente que “el estado de bienestar ha muerto”. Un rey, mantenido a cuerpo de ídem, millonario y vividor, casado con la hija de un ministro fascista del también fascista Videla. Pero tranquilos, él mismo nos explicó, aún con el cadáver caliente, que ya tenemos sustituto -es lo que tienen las monarquías- bautizado y todo: “la sociedad participativa”. PARTICIPATIVA. Claro, ya se sabe que el estado de bienestar era algo que caía del cielo cual maná, gratis, milagrosamente, sin que los ciudadanos participáramos en modo alguno.

En el fondo no sorprende. Al fin y al cabo es el mismo discurso que la derecha nos viene repitiendo machaconamente desde hace años (“hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, “se acabó el café para todos”, “hay que apretarse el cinturón”,bla, bla, bla) que sirve de lubricante para meternos doblados y sin que protestemos mucho los recortes de dicho estado de bienestar. Pero que lo diga una alteza real, ya sea de los Países Bajos o de los hundidos como el nuestro, es para sacar las guillotinas a la calle. Porque quede claro, cuando ellos hablan del fin de la bonanza se refieren a la de los demás, que el cinismo es universal, no sólo patrimonio ibérico. Su estado de bienestar no sólo no merma sino que mejora notablemente (http://www.primiciasya.com/internacionales/Guillermo-y-Maxima-heredaran-una-inmensa-fortuna-20130203-920012.html).

También es universal la máxima de que un rey jamás ha de meterse en asuntos políticos, pero eso es como pedirle a un burro que no rebuzne. Valga de consuelo pensar que los posicionamientos políticos de los reyes han servido más de una vez para echarlos a patadas. Si no que le pregunten al campechano por su abuelo, cuando huyó de España por la puerta de atrás con el rabo entre las piernas.

2 comentarios:

  1. Perdone usted señor Pika, mi enconada defensa de cualquier postura contraria a la suya, pero lo suyo es montar junto a los ROJIrrims y lo mío es discutir.

    No tengo ni puta idea y aún menos interés en lo que quiere decir el palurdo este con su "sociedad participativa" (que no es que no sepa lo que es, es que no sé lo que él quiere decir), pero en cualquier caso, siempre hay tuercebotas que escuchan a esta gente. El hecho de que diga que "el estado del bienestar a terminado" puede llevar a ciertos grupos de tendencias más... digamos diestras (por no enumerar sinónimos de incultura), a escuchar estas monárquicas voces y hacerse preguntas. En casos muy extremos incluso hasta a aprender algo.

    No es malo que un rey desde su regia ignorancia proclame eslóganes de mensaje difuso y poco claro que puedan ayudar a ciertas causas afines a vos, ROJIrrim o a mí.

    Yyr dixit.

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    1. Eeeeh, de rojirrim nada! Como diría Sabina: "Me considero un rojo sin diminutivos. No soy un rojillo, soy un rojo, un rojazo. Y eso no quiere decir comunista, ni socialista, ni anarquista, quiere representar esa hermosísima ideología de hace unos años, que hacía creer que esta infamia de mundo podía cambiar de alguna manera".

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