viernes, 14 de septiembre de 2012

Federico II el Grande


Hoy voy a contar la historia de Federico II el Grande de Prusia. -¿Pero esto no era un blog republicano? ¿qué hace este tío contándonos historias de reyes? -Un poco de paciencia hombre, que tiene un motivo. Ansiosos, que sois unos ansiosos:

Situémonos: Palacio Real de Prusia, Postdam, Alemania 1712. Nace Federico II, hijo de Federico Guillermo I el Sargento (sobrenombre ganado a pulso por llevar su riguroso estilo castrense hasta el extremo en todas las facetas de la vida, incluyendo el ámbito familiar). El niño crece y va dando muestras de no haber heredado precisamente la virilidad de su padre, más bien al contrario, gusta de jugar a juegos más intelectuales y aborrece las armas. Alcanza la adolescencia y el pueblo ya tiene veredicto: el príncipe es homosexual. Imaginémonos cómo sentaría esto en la mentalidad del siglo XVIII si a muchos en pleno XXI aún les cuesta -¡hola peperos!-, con el agravante Real de tener que perpetuar una corona familiar con descendencia. A esto sumémosle la cerrazón de la mente de un padre monarca extremadamente conservador y obtenemos el resultado de la decapitación del mejor amigo de su hijo, en su presencia, a la temprana edad de 18 años por la –parece que fundada- sospecha de que compartían lecho. Esta cruel anécdota marcaría ya no sólo la vida de Federico II, sino la historia de Alemania y con ella la de Europa. El príncipe, en lugar de fugarse con su supuesto amante a Inglaterra tal y como pretendía, sería coronado Rey de Prusia tras fallecer su padre -el Rey ha muerto, viva el gay ;-) - . Se casó, envió a su esposa bien lejos de la Corte y volcó toda su inteligencia y empeño en conseguir la prosperidad de su Reino. Y a tenor de los resultados lo consiguió: multiplicó por tres el área del territorio prusiano (es recordado como uno de los mayores genios militares de la historia), sus políticas ilustradas aportaron una época de bienestar y progreso a su país desconocida hasta la fecha y sentó las bases de lo que luego sería la gran nación alemana.

Lo que llama poderosamente la atención de este personaje es la polivalencia de su figura. Es admirado por gays, masones (ah sí, se me había olvidado contar que muy probablemente también era masón), comunistas, izquierdistas, nacionalistas y ultraderechistas alemanes. Es un vale para todo, un elige tu propia versión de héroe nacional. Tanto es así que cuentan que Hitler en su búnker tenía única y exclusivamente un cuadro: el retrato de Federico II.

Personalmente, llamadme escéptico, malpensado o antimonárquico -o las tres cosas- no acabo de tragarme esa leyenda de súper-rey inteligente, sensible, intelectual, progresista y gran guerrero. Algo no me encaja. Pero como republicano lo que sí me parece admirable -equilicuá, aquí quería llegar, impacientes- es que muriera sin dejar descendencia, como debieran morir todos los reyes.

¡Viva(n) la(s) república(s)!

3 comentarios:

  1. Es tan ingenuo pensar que la sucesión a la corona termina con la muerte de un rey sin descendencia como pensar que en un país manda el presidente. Los poderes fácticos se pasan cualquier plebiscito por donde se pasan la esponja.

    Ya tendrá el rey un primo, un sobrino o un perro de aguas que ladre muy fuerte algo se les ocurrirá a los que de verdad mandan para seguir ahí, mandando. Si tenemos que llegar a una república, Iniesta te oiga, será por razones diferentes de la falta de sucesión.

    Y ya que estamos, te dejo caer una pregunta que me vino a la cabeza el otro día con respecto a la homosexualidad y que me resultó curiosa. Sin entrar en prejuicios estúpidos… ¿Qué pensaría el señor Chales Darwin de ella?

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  2. Bueno, la idea era criticar el hecho de que los reyes se multiplican como ratas contando un curioso caso histórico. Con las monarquías sólo se acaba definitivamente a la francesa, pasándolos a todos por la guillotina.
    Respecto a tu reflexión darwinista... voilà: http://rolepatas.mforos.com/1014274/7099049-la-homosexualidad-explicada-por-darwin/

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  3. Hostia, que curioso. De piedra me has dejado. ¿es que es imposible pensar en algo que no haya pensado alguien antes?
    Al final van a tener razón nuestros amigo fascistoides y la homosexualidad va a ser “una enfermedad” genética. Me jodería tener que darles la razón así que voy a hacer como si nunca hubiese leido ese texto. Ponte tú a explicarles que es genético, pero positivo.

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