jueves, 15 de diciembre de 2011

10 razones para no odiar a los controladores aéreos


Hace ahora un año del primer decreto de estado de alarma de la historia de España, ocasionado por una huelga de controladores aéreos que afectó a miles de pasajeros. Esto acarreó el mayor linchamiento mediático a un colectivo que hayamos presenciado nunca. He aquí diez razones que argumentan que los controladores no son tan malos como nos los pintaron:

1.- Las huelgas de los controladores son pactadas por sindicatos en los que no hay controladores. Los servicios mínimos que se suelen negociar son prácticamente del 100%. No tienen por tanto derecho real a huelga.

2.- En los últimos años han sufrido tres Decretos Ley que empeoran gravemente sus condiciones laborales: ampliación de 500 horas de trabajo al año, reducción de salario y obligada disponibilidad 365 días al año, las 24 horas del día.

3.- Efectivamente tienen una buena retribución, sobre todo si la comparamos con el resto de trabajadores de España. Pero esto no justifica el linchamiento que han sufrido. La crítica del sueldo se reduce a simple envidia. Más bien al contrario, somos el resto de trabajadores los que debemos luchar por conseguir un salario más justo. 

4.- En sus negociaciones no reivindican aumentos de sueldo. Esto es completamente falso.

5.- La solución de militarizar los puestos de los controladores no es viable a día de hoy según los expertos. Hace falta experiencia y formación. Hay precedentes de catástrofes ocasionadas por la sustitución de civiles por militares no preparados: Francia 1973

6.- Un controlador puede estar gestionando más de 20 aviones simultáneamente. Tienen en sus manos la seguridad de 4.500 vuelos cada día. Es decir, hasta 600.000 pasajeros. Un sólo error provocado por el exceso de trabajo puede ocasionar miles de víctimas. De esto también hay precedentes: accidente del lago Constanza en 2002, causado por el agotamiento del controlador aéreo.

7.- Son trabajadores igual que el resto. Las injusticias que les afectan a ellos nos afectarán a nosotros.

8.- Hay que considerar lo crítica que debía ser su situación para contraer el riesgo de perder el empleo y acabar en la cárcel. No vale aquello de que no midieron bien las consecuencias. Estaban perfectamente informados y conocían los precedentes históricos de otros países.

9.- El decretazo que provocó la huelga encubierta les dejaba sin vacaciones, bajas, permisos o reducciones de jornada por maternidad.

10.- Gracias a este linchamiento mediático el Gobierno consiguió desviar la atención del verdadero golpe salvaje: la privatización de AENA. Un bien público pagado por todos nosotros que finalmente pasa a ser propiedad privada de unos pocos privilegiados.

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