
Desde el domingo por la noche
tengo la sensación estar viviendo una horrible resaca de alcohol de garrafón,
de las que no se van ni con dos ibuprofenos y que duran hasta el martes. De
esas en las que de vez en cuando van apareciendo en tu mente flashes de algún
recuerdo casi perdido de la noche de juerga. Pero esta resaca, la electoral, va
a durar 4 años, no tiene sentido acurrucarse en la cama y lamentarse. Cuanto
antes vayamos levantándonos, duchándonos con agua bien fría y espabilando,
mejor. Eso sí, antes hay que sacar conclusiones para no volver a tropezar con
las mismas piedras y para verse venir otras tantas. Ahí van las mías,
totalmente subjetivas y personales:
1- La estrategia del miedo ha funcionado. Cuánto nos hemos reído
en Twitter y entre colegas con las gilipolleces de la caverna mediática sobre
Unidos Podemos y Venezuela, ETA, Corea del Norte, etc. Pero la realidad es que la idea ha calado y no precisamente entre el electorado
inculto. El temor a un gobierno “bolivariano” era real, por muy delirante que
nos parezca. Y este punto se lo pueden anotar PP, PSOE y C’s. Gol para ellos.
2- Pablo Iglesias genera mucho rechazo, incluso entre simpatizantes políticos. Su imagen está quemada, agotada, al menos en primera línea y esto
no se resolverá con catálogos de IKEA. Si quieren superar lo
que hoy parece su techo electoral deberán presentarse con otro candidato mejor
valorado. ¿Garzón? ¿Errejón?
3- Dejemos la gilipollez del fraude electoral: no ha habido
pucherazo. Esta conspiranoia no merece ni una línea más.
4- A mí se me hizo cuesta arriba votar a UP, lo reconozco.
Como simpatizante de IU voté en su día a favor de la confluencia, pero llegado
el momento me tiró un poco atrás no votar a un candidato de IU (ni para el
Senado, ni para el Congreso). Los momentos de Pablo Iglesias dorándole la píldora a ZP, los
discursos sobre “la patria” y la cara del JEMAD en los carteles electorales
tampoco ayudaron mucho. Pero vamos, aquello fue una sensación totalmente personal,
no creo que el agujero de un millón de votos de la confluencia vaya por ahí.
5- Basta ya con la fascistada de echarle la culpa a los
mayores. Es verdad que el voto conservador se concentra en la última franja de
edad, pero habrá que contar con eso y solucionarlo. Proponer el voto censitario
o limitado hasta cierta edad es más de derechas que la acera de los pares. Varias de
las cuestiones que es obvio no se supieron hacer llegar a los más mayores son:
¿saben quiénes han sido y serán los más afectados por los recortes en Sanidad
del gobierno del PP? ¿son conscientes de que el PP se ha pulido la mitad de la
hucha de las pensiones en cuatro años? ¿están al tanto de lo que ocurrirá
cuando acaben con la otra mitad?
6- Unidos Podemos ha conseguido el voto joven, universitario,
progresista y comprometido. Perfecto, esto lo han clavado pero ¿y el voto del
currito? Esa es la verdadera clave. Hay mucha, muchísima gente de clase
trabajadora en España que vota a la derecha. No voy a soltar ahora el
discurso de la conciencia de clase, os lo ahorro.
Simplemente quiero subrayar que es obligación nuestra recuperar con urgencia a ese votante. Están eligiendo a ladrones
para que les gobiernen (y no subestimemos al electorado, todos no son idiotas)
porque tienen el convencimiento de que es “lo menos malo” que puede ocurrir, que peor aún
sería la alternativa. Cambiar eso está en nuestra mano.
7- El actual PSOE está en la otra trinchera. Basta con ver
cómo celebraron su resultado electoral, el peor de su historia, sólo porque
superaron a Unidos Podemos. Véase también cómo centraron su campaña en atacar a
su izquierda, en lugar de hacer frente a su -teórico- enemigo: el gobierno del
PP. Tenderles la mano -y plantear toda la campaña en esa línea- fue un error
garrafal.
8- Tenían razón los independentistas que tachaban de utópico
un referéndum pactado con el estado. El electorado español no está lo
suficientemente maduro democráticamente como para plantear siquiera la opción. Y aunque esto
ocurriera, está claro que no va a venir de la mano de un gobierno del PP, así
que como mínimo habrá que esperar cuatro años más. En 2020 se va a querer
independizar hasta Murcia.
9- Seamos positivos. Cierto es que no se ha conseguido el
objetivo de derribar al PP y formar un gobierno de izquierdas, pero también es
verdad que 71 escaños hace dos años eran impensables. Por otra parte, una legislatura del PP en minoría con una crisis económica inminente puede ser una oportunidad para reorganizarnos y rearmarnos ideológicamente.
Dicho esto, a resistir. Y no perdamos nunca la sonrisa.
Salud y República.