Arnaldo Otegi lleva más de seis
años en prisión. Para ser exactos han pasado 2.232 días desde que Baltasar
Garzón ordenara su ingreso en prisión el 16/10/2009. Recordemos que está en la
cárcel por intentar formar un partido político que a día de hoy es legal
(Sortu) y que junto a él fueron condenados otros cuatro compañeros en el “caso
Bateragune”: Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez (los tres en
libertad desde 2011) y Rafael Díez Usabiaga (aún recluido). Se trata de una
condena política como otras tantas de nuestra ejemplar democracia, propias de
una legislación de excepción aún vigente y de un ejecutivo que maneja el poder
judicial a su antojo y sin rubor alguno.
Hoy el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos se pronunciará sobre el recurso presentado por Arnaldo Otegi contra
la sentencia del TC que le mantiene preso. Cabe la posibilidad de que se decrete
su inmediata puesta en libertad e incluso se sancione al estado español (multa
que por supuesto no pagará, como nunca hace en estos casos), lo que en la
práctica adelantaría tan solo unos meses su salida de la cárcel puesto que
cumple el fin de la condena el próximo abril. No obstante, simbólicamente, el
golpe que asestaría a la ya entredicha imagen del Tribunal Constitucional sería
enorme; la demostración tácita de su instrumentalización política por parte del
gobierno. ¿Consecuencias a nivel político estatal? Aparte de los titulares
incendiarios de la prensa de la caverna, probablemente ninguna. ¿En Euskadi?
Otro paso de más de Otegi hacia la
Lehendakaritza, elevado a la categoría de héroe gracias a la ineptitud
de la derecha española. Seguid así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario