jueves, 17 de octubre de 2013

Transición ejemplar



Octubre, suena el despertador, 7:00 AM, te levantas, aún es noche cerrada y te preguntas “¿por qué c****** en España, el “país del sol”, nos levantamos de noche?”. La respuesta es sencilla: porque Franco, por hacerle la pelota a Hitler –Mariano no es ni mucho menos el primer español en lamerle el culo a Alemania- , cambió en 1942 el huso horario peninsular por el de Berlín y los países ocupados. Ya se sabe, la neutralidad de España y tal.

Lo mismo ocurre con nuestro jefe de Estado. Uno se pregunta por qué tenemos un rey campechano, no votado, inviolable jurídicamente, pegándose la vida padre (él y toda su familia) a costa de todos nosotros? Pues lo mismo: elección de Paquito.
 
Siguiendo en la misma línea: ¿por qué celebramos la fiesta nacional el día que comenzó la invasión de todo un continente? Sí, quitémonos de la cabeza que lo de Colón fue un descubrimiento; en América ya había gente. Concretamente 90 millones de indígenas, de los cuales sólo sobrevivieron tres millones. No parece muy acertado escoger como festividad nacional el comienzo de una masacre (imaginemos la fiesta alemana conmemorando la invasión de Polonia) pero al caudillo estos pequeños detalles se la sudaban y a los que vinieron después también.
 
Tenemos muchos más ejemplos de “herencia recibida” del antiguo régimen: Las festividades católicas, el concordato con el Vaticano, el himno -sin letra-, la bandera -sin pájaro-, nombres de calles, monumentos, mausoleos, alcaldías honoríficas… Decenas de símbolos nos recuerdan día a día que “transición ejemplar”, los cojones.

viernes, 11 de octubre de 2013

Una experiencia blavera


En mis 34 años de edad, que coinciden con los que llevo viviendo en Valencia, nunca había asistido a la bajada de la senyera del balcón del ayuntamiento el  día del País Valenciano (9 d’octubre). Ayer por primera vez presencié tan solemne acto acompañado de mi esposa y nuestro primogénito, en un alarde de valencianía y sobre todo de no saber qué hacer con el chiquillo un festivo con todo cerrado.  

Coincidimos al llegar con la entrada de la legión, a la que la mayoría de los presentes recibió con un efusivo aplauso, no sé exactamente por qué. Conforme se fue acercando la hora del descenso de la bandera (12:00) la plaza se fue llenando poco a poco de la derecha más rancia y variopinta: militantes de España 2000, blaveros, peperos... Todos con un punto en común: el anticatalanismo (camisetas de “no mos faraeu catalans”, “Valencia es España”, etc.). Era una especie de casposa orgía de colores azules y rojigualdas. El momentazo llegó al irrumpir en la plaza un pequeño grupo de 30 o 40 nazis, brazo en alto, cantando una famosa canción patriótica de… MANOLO ESCOBAR. Ni Berlanga habría ideado algo así. El momento fue tan friki que nuestro hijo de 2 años, al ver toda la parafernalia y banderolas y oír el jaleo arrancó a cantar espontáneamente “cumpleaños feliz” intentando unirse así la fiesta.

Poco después hicieron descender la bandera, con acompañamiento de música de la legión, aplausos y una pequeña mascletá de fondo. A partir de ahí empezó la “procesión cívica” en la que exhibirían la bandera por un corto recorrido por el centro de la ciudad, pero eso ya nos vino grande y nos fuimos.

Dada la experiencia dudo que vuelva a presenciar tal acto de exaltación patria, al menos voluntariamente. Eso sí, me quedo con la valiente imagen de los trabajadores  de Canal 9 afectados por el ERE protestando en medio de toda esa marea pepera / facha. Olé por ellos, con un par.